Estuve jugando en Instagram a ser joven e influencer: hice un reel mostrando cómo hacer syrup simple en la cuenta de Chicas Barra y puse una cajita para que me pregunten cosas en la mía. Contesté hablando yo a cámara como es la onda ahora (¿hay algo con menos onda que decir que algo tiene onda?).
Me hicieron preguntas interesantes, y contesté varias, aunque no diez como hacen les influencers. Hubo una que suele aparecer en cajitas de Instagram, momento de preguntas post charla con amplio público, entrevistas en medios gráficos, etc.
No va a ser un solo consejo
Los subtítulos podrían ser títulos de novelas de Milan Kundera o Annie Ernaux, aunque el contenido no se va a parecer en nada. Disculpas por mantener la buena redacción sólo en los subtítulos, que me ocupé de que tuvieran sólo dos palabras como para asegurarme la jugada.
Vengo a aguarte la fiesta.
El aprendizaje
La industria requiere profesionales para crecer en términos de calidad y la manera de ser más profesional está vinculada a la formación, aunque no exclusivamente, claro: podés saber muchísimo de tu área de conocimiento y ser irresponsable y ahí ya no importa cuánto sepas si llegás dos horas tarde.
Escribí ya acerca de libros que me parece que son fundamentales. Además de formarte en lo referido a cócteles, bebidas, insumos, técnicas, etc. deberías aprender acerca de otras bebidas y principalmente sobre hospitalidad.
Sumo a esto la importancia de saber redactar un mail prolijamente, calcular el costo de una receta, usar planillas de cálculo y varias cosas más.
El inglés
Odié a mi madre por mandarme al instituto desde chica y ahora le agradezco su insistencia totalitarista con el tema. Saber leer en inglés te permite acceder a muchísima más información que la disponible en español: la industria editorial ligada a bebidas y coctelería es inmensa en el mundo angloparlante. Saber leer y escribir en inglés te permite escribirle a alguien por Instagram para preguntarle cómo hizo el syrup de palta (aguacate) del cóctel que viste en su feed. Saber hablar inglés te permite vincularte con otros colegas cuando viajes y principalmente, te hace candidate a viajar. Si una marca tiene que elegir a quién mandar a un viaje a un país que no sea de habla hispana, es muy probable que priorice a aquellas personas que hablan inglés porque van a poder aprovechar más el viaje y si vos lo aprovechás más, lo mostrás, y sirve.
Por último, te da chances de encontrar trabajo en hotelería, que en Argentina suele tener a todo el mundo el blanco y también de aplicar a puestos en otros países. Hay muy pocos países del mundo que no tienen bares de cócteles, y dudo que hayas estado fantaseando con hacer work and travel en Arabia Saudita, así que está todo bien.
El ambiente
¿Cuántas veces escuchaste que “el ambiente en la coctelería es una mierda”? Yo lo escuché mil veces. Resulta que el ambiente somos todes. Lo construimos quienes formamos parte de él con nuestras acciones en la vida cotidiana.
La manera de que el ambiente deje de ser una mierda, o al menos de que sea menos caca es que todes nos comportemos de mejor manera y ojo, yo tiro la primera piedra, eh. Mil y una veces hablé mal de colegas, especialmente cuando era más chica y lo vinculo -no lo excuso- con la falta de seguridad en mi trabajo y la necesidad de reafirmar mis conocimientos en público o alguna de esas idioteces que hacemos los seres humanos.
Es un ejercicio mental que consiste en hacer tu puta vida y ya. Es fácil decirlo ahora, y me doy cuenta que la cosa se pone ríspida cuando hay trabajos, puestos, guita de por medio y otros actores operando (jefes o marcas o tu mente). A mí me ayudó entender que a) yo también hice cócteles feos y todavía los hago, aunque quiero creer que menos seguido, b) yo también fui injusta cuando fui jefa de barra, c) yo también manejé mal quejas, y la lista puede seguir; y a la vez que yo no quería hacer la carrera estándar de bartender que gana premios y se abre un bar.
Yo quise hacer la carrera de la persona que manda correos los lunes compartiendo algunas cosas que aprendió en el camino, no participar de competencias, no abrir un bar, no hacer asesorías. Eso me quitó bastante la mirada ajena de encima, o es tan distinto al resto que no hay vara ajena con la que medirse.
El acoso
Si sos varón, no acoses, abuses ni atentes de ninguna manera contra la integridad sexual de tus compañeres de trabajo. Si sos varón, sos del bien y ves que eso acontece, no seas cómplice: parale la mano a tu compañero acosador, decile abierta y didácticamente que no es bueno violentar a les compañeres.
Los entornos en los que el abuso y el acoso están normalizados se construyen con gente que abusa, gente abusada y gente que lo sabe y la deja pasar – incluso cuando no tiene consecuencias para su futuro profesional.
Si sos mujer o disidencia, esto pasa y pasa más que en otros ámbitos. Nos tenemos que cuidar entre todes para intentar que no nos pasen cosas. Ahora bien, si algo te pasa y decidís denunciar podés llamar al 144 o comunicarte con Abofem, que es la red de abogadas feministas de Argentina.
La cocaína
Es agotador laburar con durxs. Ya existen clientes, cuyo consumo de sustancias no podemos controlar demasiado (trabajé en una época en un lugar en el que le habían sacado las tablas a los inodoros, para complicarla un poco) como para sumarle el tema de compañeres consumiendo en horario de laburo.
Si no tomás cocaína ahora y estás pensando en empezar a trabajar en gastronomía, repetí conmigo: “nunca me voy a tomar un tiro, nunca me voy a tomar un tiro, nunca me voy a tomar un tiro” como un mantra. Va a pasar que vas a estar agotade, vas a tener que seguir laburando unos cuántos días más jornadas eternas durmiendo poco y mal y alguien te va a ofrecer falopa. Te recomiendo enfáticamente que no aceptes.
Si ya tomás cocaína y estás considerando hacer una carrera como bartender, te diría que lo reconsideres. Como esta sección no está siendo nada feliz, la voy a terminar con una analogía espantosa: unx cocainómanx en gastronomía es como largar a un pedófilo en un jardín de infantes.
La vida
Los años de carrera en gastronomía se cuentan como años de perro más o menos. Para cuando tenés 40 ya te pasaron cuatro topadoras por encima.
Tenés que tener una vida aparte del trabajo. Es difícil sostener vínculos, pasatiempos, actividades culturales, o lo que sea que disfrutes hacer cuando no te estás pelando el lomo pero es importante que hagas el esfuerzo de priorizarlo. Parece imposible y es fácil dejarse llevar por lo de que “la gastronomía es muy sacrificada”, pero existe un límite entre ser responsable en tu trabajo y ser negligente con tu salud mental y tu vida personal.
Ejemplo: cuidá tus francos. Antes de contestar un mail un lunes planteate posta, posta qué pasa si no lo contestás ese día. Lo mismo es válido para los mensajes de wpp. Muchas veces no pasa nada.
La mala vida
Eso que escuchás de fondo, efectivamente son sirenas.
El título de esta sección que suena muy Almodovar se refiere a comer mal, dormir peor, y tomar alcohol que da calambre. ¿Soy una intensa? Es mega fácil catalogarme así, pero honestamente pienso que no está bueno tomar shots durante el servicio. En verdad la ciencia evidencia que no sólo es atendible la cantidad de unidades de alcohol consumidas, sino el tiempo en que se consumen. Si a eso lo hacés varias veces a la semana terminás tomando bocha de alcohol básicamente como un adolescente, te olvidás de lo de “educar al cliente” y todo eso y dejás que te vean metiendo fondo blanco.
Estás trabajando y a la gente que te está viendo tomar alcohol durante el servicio le vas a cobrar por los cócteles que pida (y por varias cosas más) así que lo mejor es que te salgan igual que si no te hubieses tomado los shots.
La comida es una batalla jodidísima: te recomiendo que en tu franco te alistes comida para la semana y congeles, y que tengas en tu casa frutas y verduras así no caés constantemente en la fritura post-servicio. Ah, y no te cebes con las sobras. Te lo dice una persona que llegó a que se refirieran a la bacha como “su oficina”.
Sobre el tema de dormir ya escribí un poco antes y es para mí de los problemas más grandes del trabajo en barra. Si no consumís sustancias, ni tomás alcohol durante el servicio, éste probablemente sea el principal tema de batalla cuerpo a cuerpo en tu vida. Si se te pone cuesta arriba, te va a tocar consultar con un médico.
Por último, esto que ya parece más difícil que ganarle a los molinos, lo de empezar a hacer ejercicio es algo que te diría que dejes de postergar. Empezá por algo tranca, capaz que tu dosis diaria sea ir caminando al trabajo aunque sea parte del recorrido como para mover un poco las piernas antes de estar mil horas sin caminar. Baby steps, casi literal.